No está el país para triunfalismos ni más mentiras. Son malos tiempos para una mayoría de la ciudadanía, no sólo en recursos y empleo, también en justicia social e igualdad.
Por eso no se entienden las encuestas que barajan una nueva mayoría conservadora, máxime cuando, además, como apuntan diversos informes como los de Cáritas o los de la Fundación Alternativas, con este gobiernoEspaña sufre la mayor desigualdad social en su historia democráticacomo revelan algunas cifras sonrojantes en 2013 se llegó casi al 27% de paro y todavía hay más de 4 millones de personas desempleadas. Hace cuatro años, 11,5 millones de personas se encontraban en riesgo de pobreza o exclusión, ahora son ya 12,8 millones, un 27,3%. El índice de la miseria ha pasado del 22,2% al 33,6%. Y otro dato sangrante, en relación a la cobertura por desempleo, cuando más falta hace a las personas, se ha recortado del 80% al 54% actual. Esta degradación no ha sido paliada por el sistema público de protección social dadas las carencias con las que fue concebido y que se han agravado por los duros recortes. Y mientras la juventud sigue emigrando en busca de empleo: 32.980 españoles y españolas menores de 35 años sólo en el primer semestre de este año.
Tenemos elecciones a la vista. Algunos datos macroeconómicos vienen certificando una cierta recuperación del pulso económico del país, de su actividad productiva y comercial, que el Gobierno viene exhibiendo de forma triunfalista en el balance de gestión. En plena campaña proclama las ventajas de su política neoliberal y anima a seguir la misma hoja de ruta, eso sí, prodigándose en parabienes a la ciudadanía por el esfuerzo común (en realidad sólo el de las clases media y trabajadora), mientras sus ministros no paran de anunciar un futuro envidiable junto a Rajoy con miles de nuevos empleos.
SIGUE.......
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